Resulta evidente que con la suma de esfuerzos de nuestros pueblos, estas expediciones tendrán repercusiones de largo alcance internacional. En tal sentido, los beneficios para las entidades colaboradoras en términos de publicidad y proyección de imagen de marca, al compromiso social, cultural y educacional, será ampliamente socializada.
Al aprovechamiento del tirón mediático que ya tiene Ruta Inka desde hace unos años, se sumará la repercusión creciente que tendrá el proyecto con un efecto multiplicador en diversos niveles (televisión, medios de prensa radial, escrita, redes sociales, documentales). De este modo, con actos propagandísticos tan sencillos como la impresión del logo en uniformes y material de difusión, la entidad mecenas obtendrá publicidad en cada lugar visitado, a través de los actos de recepción, ruedas de prensa, documentales y apariciones en prensa escrita.
En el caso del apoyo de la Organización de Naciones Unidas, está el hecho de poner a los expedicionarios al servicio del fortalecimiento de una cultura de paz y de un mejor entendimiento entre las naciones, además de involucrar a futuros líderes en la promoción de los derechos de los pueblos indígenas. Consideramos que no serán pocos los expedicionarios que en este proceso, harán los méritos para incorporarse al programa de Voluntarios de la ONU.
Los beneficios para las entidades universitarias que colaboren tampoco son desdeñables, ya que a lo anteriormente citado, se suma la reafirmación de su compromiso en la formación de los estudiantes en materias tan importantes como la diversidad cultural, el medioambiental, la historia del conquistado, etc. Así mismo, como viene siendo habitual, durante el paso por las universidades locales, éstas enseñan y explican su funcionamiento e infraestructuras lo que aporta un enriquecimiento a los expedicionarios en cuanto a nuevos métodos de enseñanza y corrientes de pensamiento. Creemos que para una institución universitaria de prestigio que asuma el liderazgo de este proyecto, los beneficios podrían traducirse también en la inscripción de los expedicionarios extranjeros en sus aulas, cuando como consecuencia de esta convivencia, los jóvenes se forjen nuevas vocaciones o surja mayor interés por profundizar su conocimiento sobre nuestras culturas, en estudios de posgrado (maestrías, doctorados, etc.), lo que además podría abrir las compuertas de la cooperación interuniversitaria con intercambio de pasantías estudiantiles.
De otro lado, diversos artistas comprometidos con la reafirmación de nuestra identidad, vienen poniendo al servicio de esta Embajada Cultural, toda la fuerza de su expresión musical para socializar su mensaje, lo cual se convierte en un medio que perpetuará los recuerdos de esta experiencia de vida, al tiempo que progresivamente va calando en la conciencia de nuestras sociedades, la importancia de rescatar el trabajo colectivo para el bienestar común, lo cual no es sino la resurrección de la minka y ayni, instituciones ancestrales de solidaridad y reciprocidad, tan necesarias en un contexto de crisis que enfrenta la humanidad en los tiempos actuales.