Una vida en la ruta: Nos Vamos a Pascual Abaj!....y subimos a una colina por un camino serpenteante hasta una cruz de piedra, que ardía con el fuego de coloridas velas y tusas de maíz, allí acompañamos a una mujer maya de unos 40 años a fumar tabaco, le dimos toda la energía para que pudiera cumplir sus objetivos, ella, apretaba los ojos de tal forma que parecía de otro mundo, hacia muecas mientras fumaba y lo hacía con la pasión necesaria para curarse; cerca un sacerdote guiaba la ceremonia y otros mayas Quiché bamboleaban incensarios mientras rezaban en lenguas mayas, otros preparan las ofrendas.
El vapor del fuego era fuerte y se iba con el viento hacia el occidente, desde donde se veía Chichicastenango, revoloteando de actividad porque era día de mercado, allá abajo las mujeres Quíché hacían tortillas de maíz blanco y negro, vendían mantas con símbolos de un ave de dos cabezas que alguna vez derribó la iglesia que los españoles construyeron, ó al menos eso dice el mito, un ave tan grande que sí volviera, podría derribarla de nuevo, y los habitantes para ahuyentar a este monstruo, mantienen prendido el fuego cerca a la iglesia (Fig. 21). Aunque algunos consideran que tal animal sencillamente ya no está. Leer más